Los tanques auto-contenidos (self-bunded) incorporan una contención secundaria integrada que recoge fugas o derrames del tanque interior. Se usan para combustibles, aceites, productos químicos y otros líquidos cuando se requiere protección ambiental y cumplimiento normativo. Están disponibles en acero, inoxidable o polietileno y en varias capacidades, y simplifican la instalación al eliminar la necesidad de construir una balsa de contención independiente.
Inspeccione el tanque interior y la contención por corrosión, grietas o deformaciones; verifique pruebas de estanqueidad y certificados; confirme contenidos anteriores y posibles contaminaciones; compruebe válvulas, respiraderos, sellos y puntos de izado y pida historial de mantenimiento.
Vacíe, limpie y descontamine el tanque antes del transporte; asegúrelo en un remolque adecuado utilizando puntos de elevación homologados y amarres; declare residuos peligrosos si los hay y gestione permisos; contrate un transportista con experiencia en cargas voluminosas o peligrosas.
Realice inspecciones visuales periódicas del tanque y la contención, pruebe la estanqueidad o los sistemas de detección de fugas, sustituya juntas y válvulas según sea necesario, limpie el interior regularmente, proteja el recubrimiento exterior y cumpla los intervalos del fabricante y la normativa local.