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Los termómetros de laboratorio son instrumentos de precisión para medir temperatura en experimentos, preparación de muestras y control de procesos. Existen versiones de vidrio (mercuro, alcohol), sondas digitales, infrarrojos y termopares, con distintos rangos, tiempos de respuesta y resistencia química. Elegir el adecuado implica combinar precisión, rango y tipo de sonda con la aplicación. Los equipos usados son comunes, pero deben inspeccionarse y calibrarse antes de uso crítico.
Revisa el tipo (digital, vidrio, termopar), la precisión y rango declarados, historial de calibraciones y certificados, el estado de la sonda, daños o contaminación, y la compatibilidad con los reactivos y métodos de esterilización.
Empaca sondas y piezas frágiles en contenedores rígidos y acolchados, asegura las partes móviles, declara componentes peligrosos (p. ej. mercurio), usa un transportista con experiencia en material de laboratorio, asegúralo y adjunta instrucciones de manejo.
Sigue las indicaciones del fabricante y tu plan de calidad: calibra antes de mediciones críticas y periódicamente (habitualmente anual o semestral según uso), tras golpes o daños; reemplaza baterías o sensores según sea necesario y guarda los registros de calibración.